Para hablar de una biblioteca digital es necesario que las fuentes de información estén a disposición del usuario y su acceso tenga ubicuidad, sin importar dónde residan físicamente, ni quién se encargó específicamente de su procesamiento y almacenamiento. Algunos de los recursos que conforman una biblioteca digital pueden ser: libros, periódicos, revistas, manuscritos, archivos sonoros, cartas, dibujos, mapas, fotografías y otros archivos.
La biblioteca digital debe desarrollar tres características generales:2
Ser una colección global de recursos importantes para la investigación, la enseñanza y el aprendizaje.
Ser de fácil acceso para todo tipo de usuarios, tanto principiantes como expertos.
Estar gestionada y mantenida por profesionales que se consideren administradores del patrimonio intelectual y cultural.
Predomina el concepto de biblioteca como espacio y como proceso, lo cual manifiesta el dinamismo que le impulsa Internet. Lo digital -en este contexto- se relaciona con el hecho que la biblioteca es relativa en espacio y tiempo, porque sus límites funcionales no los marca la geografía y su disponibilidad temporal es instancia de la demanda de quien la consulta.
Las bibliotecas digitales se encuentran entre los más complejos sistemas de información, no por ser proyectos digitales sino por su multidisciplinariedad,3 es decir, la necesidad de trabajar de forma conjunta profesionales de diferentes ámbitos, desde bibliotecarios a informáticos, ingenieros electrónicos, científicos, etc. para su desarrollo.
Hay que señalar varios aspectos importantes para el desarrollo de una biblioteca digital:4
Los derechos de autor y la legislación sobre la propiedad intelectual son aspectos fundamentales tanto para la creación como para la protección de una biblioteca digital y suele ser el mayor escollo para el desarrollo.
Los metadatos (datos sobre los datos) son de gran importancia para facilitar la búsqueda y recuperación de la información, ya que permiten una búsqueda efectiva y precisa. Existen varios sistemas de metadatos, entre los que cabe destacar el Dublin Core.
Los formatos utilizados para el desarrollo de bibliotecas digitales5 que pueden ser de tipo abierto, es decir, se pueden manipular con mayor facilidad (SGML, HTML, XML, etc) o formatos de tipo cerrado, con más dificultades para ser modificados, como el Acrobat, PDF, etc.
En resumen, la biblioteca digital es un concepto que subraya la importancia del trabajo en red y los atributos de ubicuidad, asincronía e hipermedialidad de Internet. Es un espacio compartido que preserva las funciones específicas de una colección sistematizada de documentos, pero que las incrementa a través de la flexibilidad que ofrece el uso de las tecnologías de la información y la comunicación. Es por tanto un concepto integrador que incluye tanto a la biblioteca convencional como a la electrónica.
jueves, 26 de febrero de 2015
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